Cuando se trata de elegir un vino, puede ser difícil entender las diferencias entre los diferentes tipos, especialmente entre los vinos jóvenes, crianza y reserva. Cada uno tiene características únicas y un proceso de elaboración diferente.
Los vinos jóvenes se suelen consumir poco después de su elaboración. Por el contrario, los vinos crianza y reserva pasan un tiempo específico en barricas de roble y en botella antes de consumirse, desarrollando sabores y aromas adicionales.
A continuación vamos a explorar las diferencias entre estos tres tipos de vinos y ayudarte a comprender mejor cómo elegir el vino adecuado para cada ocasión.

Índice de contenidos
¿Cuál es la principal diferencia entre los vinos jóvenes, crianza y reserva?
La principal diferencia entre los vinos jóvenes, de crianza y de reserva es el tiempo que pasan en barricas de roble.
Vinos jóvenes
Este tipo de vino se consume poco tiempo después de su elaboración, por lo que no pasa por un proceso de maduración en barricas de roble ni en botella. Es embotellado y comercializado poco después de su elaboración.
Vino crianza
Un crianza pasa un tiempo específico en barricas de roble y en botella antes de ser embotellado y comercializado. El tiempo en barricas de roble y en botella puede variar según la denominación de origen, pero suelen ser varios meses o años. El objetivo es desarrollar sabores y aromas adicionales gracias a la maduración en barricas de roble.
Vino reserva
Los vinos reserva pasan más tiempo en barricas que los crianza antes de ser comercializados. Para ser considerado una reserva, debe cumplir con unos requisitos de tiempo en barricas y en botella establecidos por la denominación de origen correspondiente. El objetivo es el mismo que con los vinos crianza, adicionalmente de lograr una calidad superior.
Requisitos y periodo de envejecimiento
Los criterios para ser considerados jóven, crianza o reserva pueden ser ligeramente distintos según la Denomiación de Origen. A continuación vamos a ver los criterios de las denominaciones de origen más importantes de España:
¿Cuánto tiempo tiene que envejecer un vino para ser considerado crianza?
- En la DO Rioja, un vino crianza debe pasar al menos 6 meses en barricas de roble y al menos 12 meses en botella antes de ser embotellado y comercializado.
- En la DO Ribera del Duero, un vino crianza debe pasar al menos 18 meses en barricas de roble y al menos 6 meses en botella antes de ser embotellado y comercializado.
Es importante tener en cuenta que estos son ejemplos y que cada denominación de origen puede tener sus propios requisitos para considerar un vino como crianza.

¿Cuánto tiempo tiene que envejecer un vino para ser considerado reserva?
El tiempo que un vino debe pasar en barricas de roble y en botella para ser considerado reserva en DO Rioja y DO Ribera del Duero es:
- En la denominación de origen Rioja, un vino reserva debe pasar al menos 1 año en barricas de roble y al menos 2 años en botella antes de ser embotellado y comercializado.
- En la denominación de origen Ribera del Duero, un vino reserva debe pasar al menos 2 años en barricas de roble y al menos 1 año en botella antes de ser embotellado y comercializado.
Es importante tener en cuenta que estos son ejemplos y que cada denominación de origen puede tener sus propios requisitos para considerar un vino como reserva. Además, existen vinos denominados «Gran reserva» que requieren de un tiempo de maduración aún mayor, y cumplen requisitos específicos también según la denominación de origen.
Por lo general, la denominación Gran Reserva se suele aplicar a los vinos que pasan al menos cinco años envejeciendo en barricas de roble antes de salir al mercado.
¿Los vinos jóvenes pueden envejecer?
Los vinos jóvenes no tienen un tiempo de envejecimiento específico ya que su objetivo es ser consumidos poco después de su elaboración, cuando las notas de frutas verdes o maduras están frescas y no han sido influenciadas por la maduración en barricas de roble y en botella. Por lo general no se recomienda guardar vinos jóvenes durante un tiempo prolongado ya que su sabor y aroma se podrían ver afectado y perder su frescura. Sin embargo, algunos vinos jóvenes hechos con uvas de alta calidad y de ciertas zonas con un clima específico, pueden beneficiarse de un corto tiempo de guarda, pero esto sería una excepción.
Principales características de los vinos jóvenes
Como hemos visto anteriormente, un vino joven es aquel que se consume poco tiempo después de su elaboración. Es decir, que no ha envejecido lo suficiente como para ser considerado crianza.
Algunas de sus características son:
- Aroma: generalmente tiene un aroma fresco y frutal.
- Sabor: suele ser suave y afrutado, con un equilibrio entre acidez y dulzor.
- Color: dependiendo del tipo de uva utilizada, puede ser desde un color rosado claro hasta un rojo intenso.
- Cuerpo: suele ser ligero a medio.
- Madurez: ya que es un vino joven, no ha pasado por un proceso de maduración y por lo tanto no presenta notas características de vinos crianza o reserva, como madera o ahumados.

Principales características de los vinos crianza
Los vinos crianza han pasado un tiempo en barricas de roble y en botella antes de salir al mercado. Algunas de sus características son:
- Aroma: suele tener un aroma complejo, con notas a frutas maduras, especias y madera.
- Sabor: suele ser intenso y equilibrado, con una combinación de sabores a frutas maduras, especias y madera.
- Color: suele tener un color más intenso y oscuro que un vino joven debido a su paso por barricas de roble.
- Cuerpo: suele ser medio a completo.
- Madurez: debido al tiempo que ha pasado en barricas de roble y botella, ha madurado y desarrollado sabores y aromas añadidos.
Principales características de los vinos reserva
Un vino reserva es un vino que ha pasado un tiempo específico en barricas de roble y en botella, con más tiempo que los vinos crianza. Algunas de sus características son:
- Aroma: suele tener aromas más complejos e intensos.
- Sabor: más intenso y equilibrado, con una combinación de sabores a frutas maduras, especias, madera y suave toque ahumado.
- Color: suele tener un color más intenso y oscuro que un vino joven o crianza debido a su paso por barricas de roble y maduración.
- Cuerpo: suele ser completo.
- Madurez: debido al tiempo que ha pasado en barricas de roble y botella, ha madurado y desarrollado sabores y aromas complejos. Además, para ser considerado una reserva, debe cumplir con unos requisitos de tiempo en barricas y en botella establecidos por la denominación de origen correspondiente.
Conociendo estas diferencias, podrá elegir con conocimiento de causa cuando busque un vino para acompañar su comida. Un vino joven, un crianza y un reserva complementarán diferentes tipos de comida. ¡Ahora ya puedes buscar el maridaje perfecto!